La primera referencia oficial al Museo Nacional se hizo durante el proceso de Independencia del Perú en 1822, a través de un Decreto Supremo que buscaba proteger nuestro patrimonio natural y cultural.
Aunque el propósito inicial del museo fue generar una identidad nacional, con el paso del tiempo, se fueron creando museos orientados a preservar el patrimonio regional, o la memoria de personajes ilustres.
Los museos no son lugares restringidos, llenos de objetos antiguos, por el contrario son espacios representativos, dinámicos, reflexivos, en continuo cambio, y muchos más. Tal es así, que la definición tradicional: “Un museo es una institución sin fines lucrativos, permanente, al servicio de la sociedad y de su desarrollo, abierta al público, que adquiere, conserva, investiga, comunica y expone el patrimonio material e inmaterial de la humanidad y su medio ambiente con fines de educación, estudio y recreo” se encuentra en continua revisión, sin que a la fecha se pueda encontrar una nueva definición que represente toda su diversidad.
Luego de un intenso debate, desde el Consejo Internacional de Museos se propuso una nueva definición de museo:
La diversidad cultural de nuestro país también se ve reflejada en los museos, algunos fueron creados para preservar colecciones arqueológicas, históricas y artísticas, o los ambientes donde habitaron personajes importanes de nuestra historia (casas museo), en otros casos, son el producto de los trabajos de puesta en valor de monumentos arqueológicos, e incluso los lugares de memoria, espacios de díalogo y reflexión en torno a los de derechos humanos.
Desde otras instituciones públicas también han surgido iniciativas con el fin de preservar nuestro patrimonio histórico (museos policiales, militares), con fines educativos (museos escolares) y de investigación (museos universitarios). No es de menor importancia las diversas iniciativas surgidas desde instituciones privadas y religiosas.